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Publicaciones 

Enrique Santos entre la luz y el sonido

In memoriam - Adiós a un gran maestro y a un hombre ejemplar

Don Enrique Santos Mazal 1930-2022

Reseñas

"He tenido el enorme privilegio y placer de interpretar varias obras del Maestro Enrique Santos. Son únicas y expresan un estilo propio que lo caracteriza. Ha creado belleza en para diversos instrumentos y combinaciones de ellos. En particular, las sonatas para piano son geniales. Es uno de los mas importantes y destacados compositores mexicanos cuyas obras seguirán interpretándose siempre."

 

Emilio Lluis, pianista.

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“Enrique Santos, con envidiable diligencia, ha construído a lo largo de los años una obra musical vasta y diversa. Sonatas, cuartetos, conciertos, obra vocal y sinfónica han salido de su mente para enriquecer el repertorio. Impertérrito ante las modas, fiel a sí mismo, ha desarrollado un lenguaje sonoro que no violenta la sintaxis ni el vocabulario. Nutrido por la tradición ha logrado, sin embargo, una música enteramente propia, reconocible como suya, un gran mérito para cualquier artista. La gama de emociones que maneja va, desde lo doloroso hasta lo alegre y pícaro, su musa es rica y generosa. Tal vez la columna vertebral de su creación esté en las Sonatas para piano, más de una decena, en las que es posible apreciar su evolución artística.La música de Enrique Santos posée, no me cabe la menor duda, la buscada intemporalidad que muy raras veces se logra y que es la marca del genio.”

Sergio Ortiz, violista

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“Conocí a Enrique Santos en una reunión de la Liga de Compositores de México en 1976. Allí dio inició una entrañable y fructífera amistad, ya que compartimos muchas tareas como directivos de la Liga y Enrique se interesó por comenzar a componer para la guitarra. Esto dio lugar a la I Suite, compuesta en 1979 y estrenada en Bulgaria al año siguiente, además de haber sido grabada para EMI‐Capitol y publicada por la Liga en 1981. La II Suite, escrita en 1982, fue estrenada dos años después en la Sala Ponce y publicada en

Editions Orphée, en 1986 bajo el título de Suite Alcazarina habiendo sido grabada en 1998 para Tritonus. Esta fue seguida por la Suite de las Pulgas, escrita en 1983, estrenada al año siguiente y también publicada en Tecla Editions de Londres. El Concierto para Guitarra y Orquesta fue comisionado por la “American Wind Symphony Orchestra y su estreno tuvo lugar en Mayo de 1984 en Pittsburgh bajo la dirección de Robert Boudreau. El II Concierto para guitarra y Orquesta fue compuesto en 1986 y estrenado 10 años más tarde

con la Orquesta Sinfónica del Instituto Politécnico Nacional bajo la dirección del Dr. Jaime González Quiñónez. La Sonata para Guitarra fue escrita en Diciembre de 1996 y estrenada cuatro años después en la Sala Ponce. También existen Seis Canciones sobre Poemas de Dom Sem Tob, uno de sus ancestros lejanos, para barítono y guitarra, además de la Suite para Flauta, Viola y Guitarra obra que le fue comisionada por Editions Orphée. Todas estas obras reflejan el gran talento creador de Enrique Santos, mismo que ha contribuido al enriquecimiento de la literatura guitarrística y el cual se ha manifestado ampliamente en su rica producción musical, especialmente en sus sonatas para piano, manteniendo siempre, en todas estas obras, una alta factura musical y el lenguaje y estilo que le caracterizan.”

Miguel Alcázar, Guitarrista

Mineral del Chico, Hgo., Marzo de 2009.

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“Soy afortunado por haber coincidido en tiempo y lugar con el maestro Enrique Santos. He podido participar de cerca en el surgimiento de obras para el violoncello y para ensambles que integran a este instrumento. La música del maestro Santos es notable. Su lenguaje es profundo y atractivo. Como intérprete he disfrutado profundamente todas sus obras. Confío en que, con el tiempo, sus composiciones habrán de perdurar en el gusto de quienes amamos la música.”

Gustavo Martín

Violoncellista

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“La música del Maestro Enrique Santos me remite a un encuentro sonoro de posibilidades expresivas, todas ellas contenidas en un marco de profundo sentimiento como lo son la nostalgia o melancolía. Maneja un lenguaje unificado, con un claro objetivo, pues nunca pierde la esencia de mantener espressivo en cada frase

musical. Esto, en mi entender y sentir, otorga tanto al intérprete como al público, el elemento más importante de vigencia y valor artístico.”

Carlos Lot

Violinista

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